sábado, 28 de noviembre de 2009
No. No me quieres. Lo siento, siento que hayas tenido que soportarme. Que hayas tenido que aguantarme todo este tiempo, y yo, sin saber que tu estabas harto de tener que hablarme. Todo lo que hiciste fue por lástima, porque no tenías otra opción. Algo me dice, que de ser por ti, nunca hubiera existido ese beso. Aquella despedida que me hizo soñar, soñar que por fin había encontrado alguien en quien confiar. Me entregué a ti lo máximo que pude, pero tu, hubieras preferido no haber tenido nada que ver conmigo. Me ignoras, no contestas a mis llamadas, te haces el desentendido. Y todo por no querer esucharme, por evitar mirarme a los ojos de nuevo. Volver a ver esos ojos llorosos, pidiendo un beso, y no poder negarte, otra vez. Volver a dejar que ocurra lo que ocurrió. Porque no pudiste resisitirte aquella vez, y sabes que una segunda vez, no sería suficiente. Que volverías a perderte en aquella mirada. Una mirada tan profunda y sincera. Unos ojos en los que había escrito un nombre. Tu nombre. Jamás se borrará tu nombre de mi mirada, jamás se borrará tu beso de mis labios, pero sí se borrarán tus amargas palabras de mi mente. Aunque tu recuerdo y mi amor por ti, perdurarán eternamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario