Has conseguido verme un poco mas normal,
o es solo que he aprendido actuar frente a vos.
Sin vergüenza es tan solo lo qe eres, ¿no ves que no siento nada?
¿porque no te vas de aquí? ¿que te piensas? que me quedare llorando,
hace mucho que he aprendido a poder estar sin ti.
Hoy recuerdo cuantas noches he pasado esperando que vinieras y hasta rezando
por ti, aún sabiendo que al llegar solo gritabas comparándome con locas que
pagabas por ahí. Cara dura que te crees importante, el más macho para el
mundo, pero el mas cobarde aquí. Infeliz ya cualquiera te señala
cuando dicen ahí va el gil, es tiempo que te des cuenta pero la vida es así de
mi mucho te reíste y hoy me río yo de ti. Infeliz tu no sabes
otra cosa que dar lastima y mentir, esa fama de atorrante
que te hiciste por ahí se te termino aquel día que otro
hombre conocí.
A veces da miedo abrir los ojos, porque por ahí los abris y ves todo mal y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un chico que juega a las escondidas tapandose los ojitos creyendo que asi no lo ven. Uno a veces cierra los ojos como si asi fueran a desaparecer los problemas, como si muerto el cartero fueran a desaparecer las cartas feas. Uno se hace el perro que tumbo la hoya como si el dolor que siente no existiera. Uno detesta y ama a ese espejo o a esa persona que te canta las cuarenta, uno detesta y ama a quien abre tus ojos. Abrir los ojos es agridulce. Por un lado, como que se pierde la magia, pero por el otro... se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos vivir en una cajita de cristal y otras veces la burbuja se pincha, y no queda otra que abrir los ojos y mirar lo que no queremos ver. El corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire, ahogados. Duele abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente. Mejor mirar para otro lado, dicen. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal.
Abrir los ojos y animarse a ver, aunque lo que haya para ver nos estruje el corazón